Los dos asesores nacionales de género no tenían experiencia en adaptación al cambio climático antes de unirse a nuestro equipo. Tienen antecedentes diferentes pero complementarios. Uno de ellos está muy enfocado a proyectos de desarrollo comunitario, lo que resulta ventajoso a la hora de entender las causas profundas de la vulnerabilidad de los actores locales frente al cambio climático. El otro tiene muy buen conocimiento de los diversos arreglos institucionales, lo que facilita la participación de las partes interesadas.
Incluyendo estos dos asesores, ahora tenemos ocho personas cuyo papel es apoyar la integración de los temas de género en la acción del cambio climático dentro del Ministerio del Medio Ambiente. Esto puede parecer un gran número, pero hemos aprendido que es realmente necesario y justificado dada la carga de trabajo y las necesidades en términos de desarrollo de capacidades.