En el caso de Côte d'Ivoire, nuestro punto de partida fue que no teníamos experiencia en los vínculos entre el género y el cambio climático. Aprendimos lo importante que era tener asesores nacionales de género allí mismo como miembros de nuestro equipo para ayudarnos a generar progreso en esta área.
Notamos que los asesores pueden adquirir gradualmente conocimientos sobre temas de adaptación y mitigación a través de sus diversas interacciones con expertos en cambio climático. Pero para lograr un cambio duradero en los métodos de trabajo, estos asesores deben estar comprometidos a largo plazo, es decir, durante al menos seis meses.
Cuando los asesores de género pueden participar en todos los procesos y apoyar a la unidad en la que están involucrados para utilizar nuevos enfoques y nuevas herramientas, se crea valor agregado.